Sin duda, lo que me resulta más difícil en estudio es encontrar la luz adecuada para los retratos. Hay muchas variables que intervienen: número de luces, tipos de luz, intensidad, color del fondo, rasgos de la modelo, óptica utilizada, lo que queremos conseguir...
La luz de modelado ayuda, aunque mi experiencia es que no siempre queda igual lo que vemos con ella a lo que ve la cámara con el disparo final de los flashes. Así que no me queda más remedio que hacer pruebas e ir tanteando, modificando la colocación de los flashes, la potencia, etc. Supongo que con la práctica, aprenderé, y será más fácil...
Tal vez esa dificultad es la causa de la gran satisfacción que obtengo cuando acierto. Es emocionante conseguir una luz bonita, la luz adecuada.
Ayer estuve haciendo fotos a Conchi, Cinta y Guada. Cada una necesitaba una luz distinta, y según la ropa o el fondo, había que buscar nuevos esquemas de iluminación. Y creo que lo fui consiguiendo. Soy bastante exigente con los resultados, no me conformo con lo "correcto", sino que busco algo más, algo mejor.
Y cuando la luz está en su sitio, empieza la segunda parte: buscar poses, expresiones, encuadres, elegir las ópticas... Todo para conseguir un retrato especial, diferente.
Ayer Conchi, Cinta y Guada estuvieron geniales. Todo funcionó de maravilla. Conchi posó para mí por primera vez y es lógico que hubiera algunos nervios por ambas partes, aunque creo que esto no se ve reflejado en las fotos, y ha salido muy natural y muy guapa. Cinta y Guada son ya muy amigas de mi cámara, y se nota. Trabajar con ellas es cada vez más fácil. Cinta está cada día más guapa y Guada sigue siendo genial. Ya tenía ganas de volver a hacerles fotos.
Sólo me queda decir que me siento muy afortunado por contar con ellas, y que espero que los proyectos que vamos planeando se lleven pronto a cabo.
