Cuando llevaba poco tiempo con la digital, allá por 2004, yo pensaba que era un experto fotógrafo, pero un novato tecnológico. Desde luego, el mundo de la fotografía digital era totalmente desconocido para mí, y he tardado mucho en empezar a controlarlo. Y viendo las fotos, ahora compruebo que de experto, nada de nada. En estos 15 años, obviamente he mejorado, pero es curioso que según pasa el tiempo, creo que cada vez me falta más por aprender.
Lejos de desanimarme por ello, me lo tomo como un reto, una oportunidad de mejorar, de divertirme aprendiendo, de superar las dificultades. Creo que lo interesante de la vida es precisamente marcarse objetivos y luchar para conseguirlos.
Hace 15 años hice una de mis primeras sesiones de estudio con mis amigos de internet, con una modelo a la que no conocía, una tipa rara, con rastas y tatuajes que, la verdad, pensaba no volvería a ver nunca más.
A Guada, aquella modelo tan peculiar, volví a verla. Unas cuantas veces. De hecho, se convirtió en mi musa.
Ahora he vuelto a procesar alguna de aquellas instantáneas.